La prosperidad de Mora en el primer tercio del siglo XX, derivada en buena medida del auge de su comercio e industria, se hace visible a partir de varias campañas publicitarias de firmas morachas que encontramos en diversos periódicos toledanos de estos años, especialmente en los diarios Heraldo Toledano en 1909 y El Castellano en 1922 y 1929, y en la revista Toledanos en 1934. Anuncios de establecimientos comerciales, almacenes, hoteles, talleres, bodegas, fábricas…, que abordamos, reproducimos y comentamos en estas páginas, dan fe de esta realidad y nos acercan a ella cien años después. Ir a Mora en la prensa.
Más vidas olvidadas
Hoy hace exactamente un año que Tomás Calderón presentaba en Memoria de Mora una primera versión de Vidas olvidadas, que era entonces, y sigue siendo ahora, complemento necesario de su libro En voz baja, obras ambas que han interesado, emocionado y hasta abrumado a muchos de los morachos de hoy. Y no es para menos, pues Tomás ha tenido el valor de penetrar el denso silencio —tan comprensible— con que nuestros antepasados se protegían del horror insoportable de la Guerra Civil. Sin estridencias, sin gritos, en voz baja, rescataba para nuestro recuerdo las vidas olvidadas de 379 morachos, hoy incrementadas hasta las 516, que presentamos en una nueva edición en forma de libro, de libro digital, con la intención de contribuir a proporcionar el mayor relieve de que somos capaces al que ha de ser un hito de referencia de la historia contemporánea de Mora. Ir a Biblioteca.
Los ordinarios de Mora y la posada de la Úrsula
Una mención de Víctor Díaz, ordinario de Mora a Madrid hacia 1860, nos ha abierto una senda por la que hemos logrado acercarnos a la posada de la Úrsula, en el número 148 de la calle de Toledo. Hasta este lugar hemos podido seguir a algunos de nuestros paisanos de entonces, especialmente los ordinarios, corsarios o cosarios, que allí portaban, en sus carros y galeras, asientos y arrobas, o, lo que es lo mismo, viajeros y mercancías; algunas, por cierto, tan preciadas y tan nuestras como el jabón de la mejor calidad de las fábricas de Mora. Ir a Casos y cosas.
Abdón Martín-Carretero, un moracho en el lado oscuro
Traemos hoy a las páginas de Memoria de Mora a nuestro paisano Abdón Martín-Carretero y Castro, un moracho digno de no ser imitado; un curioso personaje que hallamos en torno a 1865 directamente envuelto en el escándalo. Albéitar, herrador, estudiante de Veterinaria, primista, activista, periodista…, al parecer expulsado de Mora en los primeros años sesenta, se mueve después por Mazarambroz, Toledo, Madrid y Córdoba a caballo de diversas vicisitudes y situaciones, algunas de ellas bien poco edificantes. Ir a Personas y personajes.
Cuando se envolvía en papel de periódico: la queja de un moracho en 1912
Hubo un tiempo en que nuestras abuelas o bisabuelas —disculpen las lectoras lo exclusivo del femenino, pero así solía ser— hacían la compra portando el entonces imprescindible esportillo, que iban llenando con lo que mercaban en la plaza o en la tienda. Un hábito que en cierto modo hemos recuperado en nuestros días, cuando por fin vamos asumiendo la necesidad de reducir el uso de las bolsas de plástico y otros materiales difícilmente reciclables —digámoslo a la moderna— en favor de la conservación del planeta… Ir a Breves.
Colegios particulares en Mora (1895-1928)
En un tiempo en que la enseñanza, en Mora y en toda España, padece un considerable atraso, se dan en la villa novedades reseñables en este ámbito: escasas pero sugerentes en la que hoy llamaríamos Secundaria (entonces oficialmente Segunda Enseñanza), y abundantes pero precarias en la Primaria (o Primera Enseñanza). En todo caso, y con mayor o menor relieve, presentamos en estas páginas las propuestas de D. Maximino Esteban Almeida para el Colegio de Nuestra Señora del Carmen; de D. José María Carpena para el de Nuestra Señora de la Antigua; de D. Félix de Mora-Granados para el de Educación e Instrucción; de D. Segundo Sánchez-Archidona para el de San Ignacio de Loyola; y, sin rótulo conocido para los centros que dirigen, las de D.a Gertrudis Gálvez, D.a Josefa García-Olías, D.a María Cruz Fernández-Cañaveral y un largo etcétera. Ir a Casos y cosas.
Morachos para el recuerdo: Isidoro Millas, cónsul de España (con un apunte sobre el apellido y su origen)
Siguiendo la serie que en su día iniciamos con don Félix de Mora-Granados, queremos ampliarla hoy con la presencia de otro moracho merecedor del recuerdo de todos. Se trata de don Isidoro Millas y Rodríguez de Segovia, quien en su día fue conocido en la villa como el cónsul (pues lo fue de España en diversos lugares del mundo), y que honró su carrera con una dedicación y acierto que le ganaron estima y prestigio. Nuestro artículo aborda además el curioso origen y posterior transformación de su apellido paterno, Millas, uno de los más singulares y específicos de la rica onomástica de Mora. Ir a Personas y personajes.
Dos epidemias y una tragedia (1928 y 1931)
En estos tiempos nuestros de infecciones y contagios, parece oportuno evocar otros, un siglo atrás, en que las cosas no eran muy distintas. Existían ya por entonces vacunas para el cólera, la peste, la rabia o la difteria; se anunciaban las de la tuberculosis y la tos ferina, y estaban aún por venir las de la fiebre amarilla, el tifus, la gripe, la poliomielitis… Y también la del sarampión, que no llegaría hasta 1963, una enfermedad grave, altamente contagiosa, que afectaba sobre todo a niños de muy corta edad, lo que generaba una enorme inquietud en la sociedad. Ir a Breves.
Cuarta edición de «Morachos de ayer (1867-1939). Ensayo de un diccionario biográfico»
No ocultaremos la satisfacción que sentimos al presentar una nueva edición de nuestro repertorio biográfico Morachos de ayer (1867-1939), una obra que, tanto en su concepción como en su progresión, viene a ser reflejo y compendio de nuestro quehacer en Memoria de Mora. Ocho años y medio después de su aparición, ofrecemos aquí una versión renovada y mejorada, en cantidad y calidad, de este nuestro diccionario biográfico, que, a partir de nuevas y diversas fuentes de información, da testimonio de las vidas y afanes de unos 16.000 paisanos nuestros que llenaron una época de tanta importancia en la historia de Mora. Ir a Biblioteca.