Abdón Martín-Carretero, un moracho en el lado oscuro
Se acude a veces al pasado para iluminar el presente. Se pretende acercar lo que está alejado. Se observan vidas y realidades de ayer con ojos o anteojos de hoy. Pero cabe iluminar el pasado acudiendo al pasado. Acercarse a lo lejano. Examinar lo de ayer con lentes de ayer. No arrastrar el pasado hasta nosotros, sino viajar nosotros hasta el pasado; o mejor, hacia el pasado. Porque el presente no explica el pasado, el pasado se explica solo. De ahí la necesidad de ir a su encuentro… (Artículo completo).
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Morachos para el recuerdo: Isidoro Millas, cónsul de España (con un apunte sobre el apellido y su origen)
Será este apunte sobre el origen del apellido Millas el que inicie nuestro artículo a modo de introducción, pero valgan unas palabras previas para identificar al personaje, don Isidoro Millas y Rodríguez de Segovia, cónsul de carrera, como veremos, y en el que la designación de su empleo acabaría por convertirse en apodo que heredarán sus hijos y descendientes, quienes, si bien ya no residieron en Mora, no han perdido hasta hoy ni su vinculación con la villa, ni su denominación por medio de un mote que, lejos de lo que suele ser habitual, ennoblece a sus portadores… (Artículo completo).
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Vidas olvidadas. Víctimas de la represión política en la posguerra (Mora, 1939-1944)
El 27 de marzo de 1939, cuando las tropas franquistas entran en Mora, comienza una nueva era en la vida de todos aquellos morachos que por unas causas u otras habían sido fieles a sus ideales y habían defendido un modelo de Estado y de convivencia llamado República. Estos cambios comienzan rápidamente en Mora con las primeras denuncias (el 29 de marzo de 1939, es denunciado y detenido Pedro Menchero), el establecimiento de Tribunales Militares (Consejos de Guerra, Procedimientos Sumarísimos de Urgencia) y la búsqueda de personas política, social o sindicalmente distinguidas en la etapa republicana (aperturas de expedientes e inicio de causas a grupos de personas; por ejemplo, el sumario 23636, mencionado por mí en el libro En voz baja, búsqueda de sindicalistas, alcaldes, concejales, etc.)… (Artículo completo).
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Los profesores del Instituto (1932-1937)
Nos permitirán los amigos de Memoria de Mora abrir estas páginas con una justificación que es de hecho una confesión. Una confesión que quisiera dar sentido a la feliz concurrencia en nuestro escrito de tres ámbitos que, más que interesarnos, nos apasionan. Un tema: el de la educación de la juventud, al que hemos dedicado toda nuestra vida profesional. Un tiempo: los años treinta del siglo pasado, los de la Segunda República, con sus luces y sombras. Y un lugar: Mora, nuestra tierra.… (Artículo completo).
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Comerciantes e industriales de Mora (1879-1936)
Cuando en octubre de 2013 publicábamos el artículo Comerciantes e industriales de Mora (1879-1911), éramos bien conscientes, y así lo manifestábamos, de que este era fruto de un acercamiento al tema más que provisional, pero que, a falta de otras fuentes, parecía conveniente darlo a conocer. El tiempo ha venido no solo a darnos la razón, sino a conjurar en parte esta provisionalidad, pues en años posteriores nos ha ido llegando noticia de nuevas fuentes de información, que hemos podido ir localizando y recogiendo prácticamente en su totalidad. Con ellas hemos procedido a rehacer y extender aquella nuestra primera entrega en el presente estudio, que hoy hacemos público con idéntico título, Comerciantes e industriales de Mora, pero con los límites cronológicos iniciales (1879-1911) considerablemente ampliados (1879-1936)… (Artículo completo).
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Algunas notas sobre el alcalde Carranza
No es esta la primera vez que Memoria de Mora trata sobre la figura de don Francisco Carranza Maldonado. Y desearíamos que no fuera la última, pues eso supondría que habríamos hallado nuevos datos sobre un paisano nuestro que, por lo que parece, debió de ser un sujeto interesantísimo. En todo caso, y como apuntábamos, tiempo atrás rescatamos de él un sucedido que narraba don Juan Marín del Campo en 1915, quien aseguraba además que «del tal Carranza se cuentan muchos chascarrillos y anécdotas»… (Artículo completo).
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Otros dos militares morachos de la primera mitad del siglo XX: Adrián Cano-Magdaleno Villarrubia y Vicente del Castillo García-Aranda
No debemos iniciar estas páginas sin la mención de un nombre. El de don Carlos Engel Cellier, que quizá nada diga a nuestros habituales de Memoria de Mora, pero sí a quienes conocen, poco o mucho, el tema militar en la España contemporánea. Engel Cellier es un apasionado investigador de la Guerra Civil Española y de sus combatientes de ambos bandos, y posee sobre el tema un formidable archivo y una monumental biblioteca seguramente sin parangón en todo el mundo. La inició hace ya medio siglo su progenitor, don Carlos Engel Masoliver (1927-2015), y padre e hijo han ido desde entonces manteniéndola, incrementándola, actualizándola y hasta poniéndola a la disposición de los estudiosos de la materia, en una excepcional labor de la que no cabe sino esperar que consiga trascender a sus mentores.… (Artículo completo).
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Ildefonso Ruiz-Tapiador, jurista (y poeta)
A las numerosas deudas que Memoria de Mora ha ido contrayendo con la obra de don Juan Marín del Campo sumaremos hoy una más, que no es sino la del conocimiento mismo de la existencia de don Ildefonso Ruiz-Tapiador. Nos da la pista en este caso una de las colaboraciones del polígrafo moracho en El Castellano, de mayo de 1909, en que rememora una sabrosa anécdota de veinte años antes, cuando don Ildefonso era —escribe Marín del Campo— «magistrado jubilado, vecino de esta villa, amigo íntimo, condiscípulo y lugarteniente de D. Cristino Martos en la misma», mención esta última que le situaba entonces en un liberalismo o izquierdismo moderado… (Artículo completo).
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Tomar las armas, dejar la vida… Bajas de socios en las listas de la Protectora en los años de la Guerra Civil (1936-1939)
El examen del Archivo de la Sociedad Protectora Recreativa, que hemos emprendido con el propósito de ir ampliando el conocimiento de nuestros paisanos de ayer, no solo va rindiendo frutos —horas y paciencia—, sino abriéndonos caminos que nos proponemos explorar en la medida de nuestras fuerzas. Uno de ellos nos ha conducido al lugar al que deseamos acompañar hoy a nuestros amigos y amigas (entre paréntesis: aunque los viejos no solemos comulgar con estos desdoblamientos de género, no quisiéramos que nuestras numerosas y excelentes lectoras pudieran sentirse excluidas); a nuestros amigos y amigas, decíamos, de Memoria de Mora… (Artículo completo).
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Los hermanos Sánchez-Cabezudo y otros militares morachos (1868-1939)
No es la primera vez, ni tal vez será la última, en que nos sentimos obligados a justificar el tema mismo de nuestro trabajo. El motivo viene dado por las diferencias en las mentalidades respectivas de unas épocas y otras, pero sobre todo por la dificultad de la sociedad actual para asimilar las diferencias mismas. Y es que tendemos a apropiarnos del pasado sin más, a ahormarlo a discreción, a moldearlo a nuestro antojo; cuando lo deseable, y lo razonable, sería hacer nosotros el esfuerzo de acercarnos sin prejuicios a ese pasado para comprenderlo. Pero eso requiere buenas dosis de prudencia, y de generosidad, de las que no siempre disponemos… (Artículo completo).
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Morachos de 1896
Fue entre 1895 y 1898 cuando se libró la Guerra de Cuba, el conflicto armado que enfrentó a los rebeldes mambises contra las autoridades españolas que gobernaban la isla. Como es sabido, concluyó con la derrota española y la consiguiente proclamación de la independencia cubana. No procede aquí detenernos en los pormenores de la contienda, pero sí señalar que España llegaría a movilizar para la ocasión 270.000 hombres, de los cuales, según los datos más fiables, morirían 44.389. Y tal vez sorprenda saber que solo 2.032 de ellos sucumbieron en el campo de batalla, a los que cabe agregar los 1.069 fallecidos a raíz de las heridas sufridas en los combates, en tanto que fueron 16.329 los soldados que perdieron la vida tras contraer la devastadora fiebre amarilla o vómito negro, y 24.959 a consecuencia de otras enfermedades tropicales… (Artículo completo).
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Los Dominguines en Mora (con un apunte sobre la dramática situación en la villa en mayo de 1939)
No es esta la primera vez que Memoria de Mora aborda el tema taurino. Hemos escrito hasta ahora, junto a alguna otra nota menor, acerca de un par de cuestiones de relieve, creemos, como son la inauguración del coso moracho en septiembre de 1876 y las tardes de toros celebradas en él desde entonces hasta el comienzo de la Guerra Civil. El asunto, naturalmente, dista mucho de estar agotado, y no renunciamos a volver sobre él, como haremos hoy, para exponer los nuevos datos que vayamos conociendo… (Artículo completo).
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Don Juan de Mata Alonso, un liberal de la Gloriosa
Cuando uno se dedica, por la razón que sea y en el grado que sea, a indagar en biografías de ayer, mal haría dejando de acudir a los cementerios, donde no solo hallará como en parte alguna referencias de fechas y parentescos, sino incluso de personas, de vidas, de existencias mismas. Así ha sido en el caso que hoy nos ocupa en Memoria de Mora: el de un personaje cuya realidad desconocíamos del todo, pero al que parecía conferir un indudable incentivo histórico el detalle de la inscripción que figura en la lápida de su enterramiento: D. Juan de Mata Alonso / Sánchez Calderón / ex diputado a Cortes / y ex senador del Reino / † en esta villa de Mora / el 20 de mayo de 1887 / a los 73 años de edad (Artículo completo).
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El comandante Sánchez Arrojo, héroe de Filipinas, muere en Mora (1898)
Ni una sola de las noticias remitidas desde la villa a los periódicos de los últimos años del siglo XIX alcanzará una difusión comparable a la que hubo de suscitar el fallecimiento, el 12 de octubre de 1898, a los 44 años de edad, del comandante don Emilio Sánchez Arrojo, un héroe de Filipinas del que —disculpe el lector nuestra ignorancia— no teníamos hasta la fecha el menor conocimiento. Sin embargo, como decimos, el tratamiento del suceso por parte de la prensa madrileña de los días inmediatos a su muerte nos muestra hasta qué punto se trataba de un personaje muy ampliamente conocido, admirado y seguido por los lectores del momento; de un personaje mediático, si vale decirlo con las palabras de hoy… (Artículo completo).
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Boda de cómicos: Eloísa Nicuesa se casa en Mora (1906)
Como es sabido por todos nuestros amigos y seguidores, la prensa del pasado nos ofrece golosinas sin cuento. Hasta tal punto en lo que nos atañe, que Memoria de Mora se vería reducida casi a la nada si en ella prescindiésemos de los contenidos periodísticos de otro tiempo. Esta reflexión, que vale como decimos para centenares de las páginas aquí publicadas, se impone absolutamente en una ocasión como la que hoy nos ocupa, cuando hallamos en el madrileño diario El Liberal la noticia que sigue acerca de nuestra feria… (Artículo completo).
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Estudiantes morachos en la Universidad Central de Madrid (1845-1927)
Tras nuestro reciente artículo Estudiantes morachos en la Universidad de Alcalá (1540-1822), proseguimos el tema de los universitarios de la villa en este trabajo que viene a ser continuación y complemento del anterior. Lo que adquiere sentido en la medida en que la Universidad Central madrileña, fundada en 1822, comienza propiamente su andadura con el traslado de la de Alcalá a la de la capital y la integración en esta de aquella en 1836… (Artículo completo).
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Estudiantes morachos en la Universidad de Alcalá (1540-1822)
La Universidad de Alcalá fue fundada en Alcalá de Henares por el cardenal Cisneros en el año 1499, y pronto alcanzó un sólido prestigio, como lo muestra el hecho de que en sus aulas profesasen o estudiasen bastantes de las figuras mayores de la cultura española de los siglos XVI al XVIII; casos, entre otros, de Antonio de Nebrija, Domingo de Soto, Ambrosio de Morales, Benito Arias Montano, Juan Huarte de San Juan, Juan de Mariana, Francisco Suárez, Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Pedro Calderón de la Barca o Gaspar Melchor de Jovellanos… (Artículo completo).
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Mariano Bahamontes Cabello y otros estudiantes morachos en el Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos de Madrid (1819-1833)
Fruto de un rastreo por el Portal de Archivos Españoles (PARES), examinaremos en la presente nota la huella de varios estudiantes de la villa en el madrileño Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos. Nuestro examen parte de la búsqueda en el citado Portal de la secuencia “Mora (Toledo)” > Archivo Histórico Nacional > Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos. Apuntemos de entrada que este centro había sido creado por Carlos III en 1780 con el fin de formar cirujanos para la población civil siguiendo los pasos de los colegios de Cádiz (1748) y Barcelona (1760), destinados a proveer de profesionales de la cirugía a la Armada y al Ejército, respectivamente. (Artículo completo).
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Otros periodistas morachos (1887-1935)
Bien es verdad que sobran los dedos de una mano para contar el número de periodistas morachos activos en la época que nos ocupa. Propiamente, y calidades aparte, no pasan de tres: don Juan Marín del Campo y don Santiago Fernández y Contreras, quienes se dedicaron intensa o profesionalmente a la tarea periodística, y en buena medida también Francisco Gómez Corrales, Paco, que compaginó su trabajo principal como pintor y decorador con la estimable labor que desarrolló como corresponsal de varios periódicos toledanos… (Artículo completo).
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Más sobre don Juan Marín del Campo (un poema y una nota del conde de Cedillo)
No es la primera vez que en Memoria de Mora tratamos sobre nuestro paisano don Juan Marín del Campo. A él hemos consagrado, aparte menciones más o menos incidentales, nuestro trabajo Periodistas morachos: Juan Marín del Campo (1865-1945), en el que recogíamos lo que del personaje nos había llegado en su momento y al que remitimos al lector. Pero he aquí que, en un rastreo posterior, hallamos un libro de poemas del conde de Cedillo, don Jerónimo López de Ayala Álvarez de Toledo y del Hierro (1862-1934), reconocido historiador, que contiene una composición dedicada a nuestro Marín del Campo, a la vez que una larga nota biobibliográfica sobre éste que resulta para nosotros del mayor interés… (Artículo completo).
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Recuerdo de don Antonio Ruperto Escudero, «maestro inolvidable» de Mora (1855-1882), hoy olvidado
La labor implacable del tiempo ha logrado, una vez más, lo que resulta imposible por definición: olvidar a quien es inolvidable, esto es, diccionario en mano, a quien «no puede ser olvidado». Pues bien, pocos morachos de hoy, si es que hay alguno, habrán siquiera oído el nombre de don Antonio Ruperto Escudero, el «maestro inolvidable» de muchos paisanos nuestros a lo largo de más de un cuarto de siglo de la segunda mitad del XIX… (Artículo completo).
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Periodistas morachos: Rosa Pombo (1897-1986)
Nos permitirá el lector dos palabras iniciales para justificar el título, o más concretamente el masculino del título, que debe entenderse como genérico y no como específico; queremos decir que nos referimos en él a todos los periodistas, con inclusión, como en este caso, de las mujeres periodistas, figuras estas por lo demás bien escasas, lo que hemos visto ya y aún iremos viendo en alguna otra entrega sobre el tema… (Artículo completo).
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Comerciantes e industriales de Mora (1879-1911)
Un reciente rastreo por la prensa madrileña nos ha deparado, entre otros, el hallazgo de una publicación de gran importancia, creemos, para nuestro propósito de dar a conocer retazos del pasado de Mora y en especial de los morachos. Nos permite revivir algunos aspectos de la vida de la villa a finales del siglo XIX y principios del XX, y nos acerca sobre todo a cientos de paisanos nuestros que ejercieron en diversos ramos industriales, comerciales y de algunas otras profesiones y actividades. Se trata del Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración, que abarca de 1879 a 1911… (Artículo completo).
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Leandro Navarro Pérez, un hijo adoptivo en la memoria de Mora
Comenzaba el siglo XX y la población de Mora languidecía viendo cómo su principal riqueza, los olivos, perdía fuerza en muchas de sus zonas, con lo que poco a poco estos árboles, tan mediterráneos y llenos de vida, se iban volviendo improductivos. La causante del desastre era una plaga que desde hacía algún tiempo impedía que los olivos, enfermos, dieran los frutos que de ellos se esperaban. Las expectativas eran muy malas y no se veía el final de tanto daño. A medio plazo, la meta era la falta de trabajo, y con ello la pobreza, pues con el tiempo no habría frutos que recoger, ni aceitunas que moler, ni aceite que fabricar…. (Artículo completo).
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Oficios y nombres en Mora a mediados del XVIII
Volviendo a las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, hoy voy a hacer referencia al conjunto de personas, con sus nombres y apellidos —y que naturalmente son solo un pequeño número con respecto al total de habitantes que en ese momento había en nuestra villa—, además del conjunto de oficios que en ellas aparecen. El Diccionario de la RAE define en su primera acepción el término censo como ‘el padrón o la lista de la población o riqueza de una nación o pueblo’, diferenciándolo de otros significados relativos a la fiscalidad y los tributos… (Artículo completo).
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Primer acercamiento a fray Alonso de Biezma (1632-1716), ministro general de la orden franciscana
Entre los morachos de otras épocas merecedores de nuestro recuerdo y reconocimiento, se cuentan por derecho propio los que contribuyeron en su vida y con su vida a dar razón de nuestra patria chica por muchas y hasta por todas partes del mundo: aquellos que —con voluntad o sin ella, apenas importa— colaboraron de firme, por decirlo a la moderna, en situar a Mora en el mapa. Así en el caso que nos ocupa. Bien pocos hay que puedan al respecto lucir una ejecutoria comparable a la del personaje que traemos hoy a Memoria de Mora y cuyo nombre y tiempo y jerarquía anticipamos ya en el título que encabeza estas líneas. Y bien pocos son también aquellos de quienes conocemos menos datos y menos ciertos. (Artículo completo).
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Novicios morachos en San Juan de los Reyes de Toledo (1673-1776)
Según el padre Sebastián Muñoz Suárez, a la altura de 1667 era Mora «patria fértil de hijos que han adornado muchas religiones». Y no dejó de serlo desde luego tras aquellas fechas, puesto que figuras como las del jesuita Miguel Hernández (1543-1609) o el carmelita fray Francisco de la Cruz (1585-1647) vendrían pronto a prolongarse en otras de tanto relieve como las del obispo don Vidal Marín del Campo, inquisidor general del reino (†1709), o del padre fray Alonso de Biezma, predicador de Su Majestad, comisario general de Indias y ministro general de la orden franciscana (†1716) (Artículo completo).
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Periodistas morachos: Mónico Bautista-Abad (1888-1953)
Una aguda sensibilidad lingüística y una notable formación literaria hacen que sea Mónico Bautista-Abad el más dotado para la tarea de entre los morachos que cultivaron ocasionalmente el periodismo. Según reza la inscripción que figura en la lápida del panteón familiar en el cementerio de Mora, murió el 7 de octubre de 1953, a los 65 años, lo que sitúa muy probablemente su nacimiento en 1888. Estuvo casado con Lucrecia Egido, que le sobrevivió hasta mayo de 1973, cuando contaba 77 años de edad, y con ella tuvo dos hijos: Lucrecia (1920-1957) y José Luis (1922-1996)… (Artículo completo).
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Periodistas morachos: Dr. Sotero García de Mayoral
Entre los periodistas morachos que hemos llamado ocasionales o vocacionales se encuentra el doctor don Sotero García de Mayoral, un médico que ejerció como corresponsal y delegado de El Castellano en Mora entre 1916 y 1919. No parece que fuera natural de la villa, ni siquiera que residiese en ella muchos años, pero aquí ejerció y vivió como un moracho más. Sabemos de su existencia cuando fecha en Mora, en julio de 1914, su artículo «Capítulos de un libro»… (Artículo completo).
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Sobre don Hipólito Jiménez y Jiménez-Coronado (1893-1991)
Como nos ocurre con tantas cosas del pasado de Mora, apenas si conocíamos de don Hipólito Jiménez algo más que su nombre y algún dato biográfico que otro envuelto en la nebulosa: había sido un importante abogado, había participado en la vida política, había ocupado algún cargo de relieve… Pero he aquí que recientemente hemos dado con varias menciones y noticias suyas de los periódicos, en especial con dos documentos que nos aproximan notablemente al personaje y que nos han decidido a traerlo a las páginas de Memoria de Mora… (Artículo completo).
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Periodistas morachos: Francisco Gómez Corrales, Paco (1899-1979)
Tras los artículos dedicados a don Juan Marín del Campo y a don Santiago Fernández y Contreras, Memoria de Mora prosigue esta breve serie con la presentación de la producción de otros periodistas que quedan lejos de los anteriores en su dedicación y logros, pero cuya obra merece ser conocida y reconocida, pues resulta tan importante como lo es su existencia misma. Queremos decir con ello que, por encima de cualquier otra consideración, cabe pensar razonablemente que sin estos informadores vocacionales u ocasionales habríamos perdido no ya los escritos que formalmente redactaron o compusieron, sino las noticias y datos acerca de la villa que aportaron en sus textos publicados en la prensa… (Artículo completo).
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Periodistas morachos: Santiago Fernández y Contreras (1897-1965)
Dentro de la breve serie que iniciábamos hace unas semanas con la primera entrega sobre don Juan Marín del Campo (1865-1945), ocupará hoy nuestra atención la obra de un periodista de menor relieve pero de valor nada desdeñable. Se trata de don Santiago Fernández y Contreras (1897-1965), acerca del cual nos circunscribiremos (como en el caso anterior y también en los que seguirán) a dar cuenta de los textos que se hallan digitalizados en la actualidad, que abarcan en su caso hasta 1934 y dejan por tanto en la sombra (lo que advertimos expresamente) una buena parte de su quehacer periodístico. Confiamos, eso sí, en que nuevas digitalizaciones de otras cabeceras en que colaboró nos den ocasión de llenar esta laguna… (Artículo completo).
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Periodistas morachos: Juan Marín del Campo (1865-1945)
Verdaderamente exigua resulta la presencia de la prensa moracha en la época contemporánea, hasta el extremo de que tal vez tratar sin más de la prensa moracha constituya notoria exageración. No nos referimos con ello a las menciones de nuestra villa en los periódicos toledanos —que venimos recogiendo en Memoria de Mora—, sino a las publicaciones periódicas nacidas en nuestro pueblo en los siglos últimos. El Duende de Mora, esto es, el entonces jovencísimo don Santiago Fernández y Contreras, escribe en septiembre de 1915 que en la villa ha habido dos periódicos que han durado «lo que las rosas, l’espace d’un matin», para subrayar su desencanto precisando que «ninguno de los dos ha llegado a vivir un año»… (Artículo completo).
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La portentosa aventura de fray Francisco de la Cruz, carmelita moracho (1585-1647)
Si no abundan en el tiempo figuras de relieve tan extraordinario como la del personaje que traemos hoy a las páginas de Memoria de Mora, menos son aún, para vergüenza nuestra, las que en sus respectivas patrias chicas han sufrido un olvido comparable. Porque lo cierto es que apenas si ha habido en Mora en los últimos años quien tuviera la más mínima noticia de fray Francisco de la Cruz, el carmelita moracho, del que nos hemos ya ocupado incidentalmente y al que hoy queremos consagrar un artículo que repare en lo posible este desatino en el estudio del pasado de nuestra villa… (Artículo completo).
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Sobre el testamento de don Francisco de la Cuerda
Don Francisco de la Cuerda, nacido y fallecido en la villa de Mora (1747-1815), canónigo en Santiago de Compostela y en Madrid, obispo de Puerto Rico y de Málaga, es uno de nuestros paisanos de mayor relieve a lo largo de la historia. Ofrecemos en esta nota, junto a una breve semblanza biográfica, el contenido principal de su testamento, recuperado por Hilario Rodríguez de Gracia para Memoria de Mora (Artículo completo).
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Escarbando en la «Memoria» de 1917 de la Sociedad Protectora: aproximación a un censo de varones morachos adultos
Los caminos del curioso son inescrutables. Los que emprende, queremos decir. Porque no es el estudioso quien verdaderamente elige la meta de sus afanes, sino, más bien al revés, la varita mágica del azar la que toca caprichosamente a este o aquel para hacerle mensajero de sus correrías. Condición indispensable, eso sí, es andar despierto… (Artículo completo).
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El alistamiento de 1808. Notas sobre Mora y sus gentes a comienzos del siglo XIX
Prosiguiendo el camino emprendido en anteriores trabajos publicados en Memoria de Mora, queremos hoy facilitar a nuestros lectores un interesante documento del que nos hemos permitido extraer y comentar algunos de sus contenidos. Se trata de un padrón municipal de vecinos varones de 16 a 40 años ordenado en virtud de una proclama de la Junta Permanente de Toledo del 8 de agosto de 1808 con la finalidad de reclutar combatientes para hacer frente a los ejércitos de Napoleón Bonaparte… (Artículo completo).
He pasado la tarde de este domingo lluvioso leyendo esta página y me ha encantado leer sobre mi segundo apellido (Fernandez-Marcote), y leer todos los nombres típicos de aquella época, y los oficios, las calles, etc… Muchísimas gracias por la documentación, ha sido un placer para los sentidos.
Apenas conocí a mi abuelo Paco, y sólo tenía conocimiento de su trayectoria como pintor y restaurador, así como una vaga idea de sus comentarios en «El Alcázar». Y de esto, al menos yo, me enteré gracias al pasodoble que le compuso D. Luis Ibáñez, «Corrales y El Alcázar». Siempre fuimos los nietos de Corrales, el pintor, y nuestro mote sigue siendo «los pintores», aunque por casualidades de la vida yo he seguido esa afición, que por suerte ha llegado a ser mi trabajo. Gracias por regalarnos, a mi padre, a mis primos y a mí, estas líneas tan interesantes y desconocidas para nosotros, y hablo de regalo, ya que el día 20 de mayo dos de sus nietas, mi prima, hija de Julián, y yo, hija de Paco, cumplimos años ese día. ¡Enhorabuena por tu labor investigadora sobre Mora y sus gentes de ayer y hoy! Si necesitas alguna cosa nos tienes a tu disposición.
Mil Gracias.
Simplemente genial. Hay una cantidad de información buenísima.
Muchísimas gracias por tu trabajo y espero que sigas publicando más.
Un abrazo
Es estupendo saber algo de tu historia familiar, sabía que mi abuelo era de Mora aunque nunca he estado en ese pueblo. Mirando el artículo del censo he encontrado a mi bisabuelo en él.
El Sr. Eleuterio Nuñez del Campo, nacido en Mora, se casó con Juliana Martín Tadeo. Uno de sus hijos, de nombre Mariano Núñez Martín, nació en 1850 en Mora, falleció el 27 de junio de 1923. Uno de los hijos de este, Mariano Núñez García, nació en Asturias, es mi bisabuelo. Él emigró a las Américas, a México. Sabemos por comentarios familiares que Eleuterio era constructor, pero no tenemos más informacion de ello. Ojalá alguien pudiera ayudarnos. Mi correo electrónico: marianonunezr@yahoo.com.mx
Hola. Mi bisabuelo Alejandro Críspulo González y Benito fue maestro en Mora, empezó en el año 1900 (lo comprobé en el periódico La Idea de 5 mayo 1900).
Me gustaría saber si alguien tiene algún familiar que le recuerde o sepa alguna historia suya, o en que colegio de Mora era maestro.
Gracias.
Teresa
Me parece genial todo el trabajo que has realizado. En estas cosas se ve muy claro lo poco que representaban las mujeres en esa época. Me ha gustado ver los nombres de mis antepasados, abuelos bisabuelos e incluso más.