No estoy seguro de que la expresión siga activa hoy día en el lenguaje de los jóvenes, pero pervive desde luego en el de los mayores. «Indica desprecio, mala voluntad, desinterés, etc., hacia alguien», define el Diccionario de la Real Academia Española; y José María Iribarren, en su delicioso El porqué de los dichos, aclara: «Alude a que, en épocas de hidrofobia, las autoridades ordenaban dar muerte a los perros callejeros dándoles a comer morcilla envenenada con estricnina»… Ir a Cajón de sastre.
¡Que te den morcilla!
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