Una mención de Víctor Díaz, ordinario de Mora a Madrid hacia 1860, nos ha abierto una senda por la que hemos logrado acercarnos a la posada de la Úrsula, en el número 148 de la calle de Toledo. Hasta este lugar hemos podido seguir a algunos de nuestros paisanos de entonces, especialmente los ordinarios, corsarios o cosarios, que allí portaban, en sus carros y galeras, asientos y arrobas, o, lo que es lo mismo, viajeros y mercancías; algunas, por cierto, tan preciadas y tan nuestras como el jabón de la mejor calidad de las fábricas de Mora. Ir a Casos y cosas.
Los ordinarios de Mora y la posada de la Úrsula
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