La cola de la lotería, es decir, la fila que se formaba a las puertas del edificio que albergaba el sorteo extraordinario de Navidad de la Lotería Nacional, llegó a convertirse en una tradición madrileña y española. Se trataba de una práctica que —tal como escribía en 1911 el reportero del diario El Imparcial— iniciaron personas que «sin distinción de clases, formaban en la cola desde treinta horas antes del sorteo, pasando privaciones, soportando la inclemencia de los elementos, imponiéndose voluntariamente todo sacrificio por el placer de conseguir luego un puesto en los primeros bancos del salón donde se decide la suerte de millares de jugadores». Una tradición que, sin embargo, fue cambiando por entonces: «Los que ahora figuran en la cola renuncian al placer de presenciar el sorteo. Ellos, que acaso no posean la participación de un mezquino real que mantenga su esperanza de un mediano bienestar, son más positivistas, y solo buscan unas cuantas pesetas por la cesión del lugar que ocupan en la cola». De estos últimos fue Adoración Millas. Ir a Personas y personajes.
Adoración Millas en la cola del 34
Esta entrada fue publicada en Sin categoría y etiquetada 1926, 1934, Adoración Millas Díaz, Aemecé, Ángel María Castell, Casa de la Moneda, Cola de la lotería, Coleópteros, Colistas, Esteban Gutiérrez Díaz-Bernardo, Julio Duque Berzal, Lotería Moderna, Lotería Nacional, Martín Santos Yubero, Mora, Mora de Toledo, Mora en El Debate, Mora en El Imparcial, Mora en La Libertad, Mora en La Nación, Mora en la prensa madrileña, Mora en La Tierra, Mora en La Voz, Mora siglo XX, Morachos de ayer, Ramón López-Montenegro, Sociedad Protectora Recreativa, Sorteo Extraordinario de Navidad, Unión Radio. Guarda el enlace permanente.