Sobre el vivir cotidiano de los morachos de ayer, como alguna vez hemos visto y aún veremos, se ciernen a menudo pequeñas o grandes tragedias personales. No escasean, por ejemplo, las noticias de suicidios de paisanos nuestros en los periódicos toledanos durante los años que corren desde finales del XIX hasta los tiempos de la República. El desamparo, la soledad, la miseria, la enfermedad, el desengaño amoroso…, en una época de precaria atención médica y casi nula asistencia psiquiátrica, infunden en no pocos desventurados la terrible determinación de quitarse la vida… Ir a Breves.
Quitarse la vida
Esta entrada fue publicada en Sin categoría y etiquetada Anastasio Vélez Bajo, Antonia Abad García-Alcobendas, Antonia Bautista-Abad Villarrubia, Antonio Muñoz, Arrojarse al pozo, Ascensión Téllez Jiménez, Atilano Martín de Blas, Blasa Martín-Maestre, Braulio Martín de López, Cenobio Navas, Dámaso Portillo Sanz, Dionisio Martín de Vidales, Esteban Gutiérrez Díaz-Bernardo, Eustaquio Bravo Esteban, Feliciano Díaz-Marcote, Felipe Muñoz López, Felipe Sánchez-Paus, Francisco Benavente Salas, Gonzalo Gil Gómez, Historia de Mora, Isidoro Lillo del Pozo, Juan Díaz-Marcote, Juliana Ángel Martín, Justo Lillo del Pozo, Mora, Mora de Toledo, Mora en la prensa, Nemesia Lumbreras García, Prensa toledana, Raimundo Martín Ortega, Salustiano Villarrubia, Suicidios en Mora, Venancio Martín Villamuelas. Guarda el enlace permanente.