Treinta gramos exactamente. Es el sensacional descubrimiento que hizo en la primavera de 1912 un médico de San Petersburgo. Su indagación le llevó también a establecer firmemente que los animales no tienen alma. Cuestión de pesos. Véalo el lector en El Nuevo Ateneo. Ir a Cajón de sastre.
Lo que pesa el alma humana
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