Cuando en septiembre de 1916 los socios del antiguo Círculo de la Concordia se instalen en su nueva sede de la plaza de Castelar, no solo harán nacer el Casino de Mora, sino que alzarán un edificio que asombrará a propios y extraños: su aristocrática portada, su escalinata de mármol, su magnífico patio, sus amplios salones, se constituirán desde entonces en avanzada del sueño de tantos morachos que no se resignaban a vivir en un pueblo rico con hechuras de pobre… Ir a Casos y cosas.
Del Círculo de la Concordia al Casino de Mora
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