Cuando en septiembre de 1916 los socios del antiguo Círculo de la Concordia se instalen en su nueva sede de la plaza de Castelar, no solo harán nacer el Casino de Mora, sino que alzarán un edificio que asombrará a propios y extraños: su aristocrática portada, su escalinata de mármol, su magnífico patio, sus amplios salones, se constituirán desde entonces en avanzada del sueño de tantos morachos que no se resignaban a vivir en un pueblo rico con hechuras de pobre… Ir a Casos y cosas.
Síguenos en Facebook
Síguenos en Twitter
- Abdón Martín-Carretero, un moracho en el lado oscuro memoriademora.com/2023/01/09/abd… 3 weeks ago