En todas partes cuecen habas; o cocían, una vez arrinconado el refranero e inventado el whatsapp. También en Mora, claro está, como ya hemos escrito alguna vez. La villa del trabajo y de la industria, del aseo y la riqueza, presenta en ocasiones una cara bien poco amable: la de la discordia y la incomprensión, cuando no la del enfrentamiento más o menos declarado. En definitiva, no faltan las sombras junto a las luces. Viene esto a cuento del caso de Félix Redondo-Marín y Gregoria Sánchez, que descubrimos en un suelto de El Liberal de comienzos de octubre de 1908… Ir a Casos y cosas.
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